Casullas marianas

Las casullas marianas honran a la Virgen María, Madre de Dios. Acompañan las celebraciones dedicadas a la Reina de la Iglesia en el mes de mayo, las fiestas marianas de Nuestra Señora del Pilar, Nuestra Señora del Rocío, Nuestra Señora de la Merced, Nuestra Señora de Covadonga y otras celebraciones regionales.

El color emblemático de estas casullas es el azul. Su uso se remonta a siglos atrás en fiestas de la Inmaculada Concepción, la Asunción o Nuestra Señora del Rosario. Simbolizan la pureza, la esperanza y su realeza celestial.

Vestimenta litúrgica para las fiestas en honor a la Virgen María

Las casullas marianas azules se distinguen por los detalles ornamentales: bordados, estrellas, lirios, rosas, el Corazón de María o advocaciones locales. Los símbolos se aplican mediante bordado manual y bordado a máquina. Hay algo especial en estas casullas, una calidez que va más allá de la simple calidad técnica.

La riqueza de estas prendas también reside en cómo están hechas: con seda, brocado o damasco. Los hilos dorados y plateados que perfilan flores o monogramas marianos no pierden su color con el uso.

El interior está trabajado con el mismo cuidado que el exterior. Incluimos forros transpirables, acabados que evitan el roce y diseños que permiten libertad de movimiento. El corte puede ser romano o gótico, según la preferencia. A menudo, la casulla mariana forma parte de un conjunto que incluye estola y, en ocasiones, manípulo o velo de cáliz.

¿Cómo cuidar las casullas marianas?

Ver al sacerdote revestido con una casulla azul con símbolos marianos no deja indiferente. Su diseño recuerda a los fieles la presencia maternal de María en la Iglesia. Una casulla mariana, bien cuidada, puede acompañarte durante décadas de celebraciones. Por eso facilitamos instrucciones precisas para su limpieza y conservación: lavado en seco, guardado en lugar ventilado y uso de perchas amplias para mantener su forma.
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